Revolución o Guerra n°23

(Enero 2023)

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Reunión pública en París del comité “Ninguna guerra salvo la guerra de clases”

No podemos hacer aquí y ahora un primer balance de todos los comités "Ninguna guerra salvo la guerra de clases" (No War But Class War) que se han creado a escala internacional y, principalmente pero no sólo, por iniciativa de la Tendencia Comunista Internacionalista. Por nuestra parte, aparte de París, nuestras fuerzas nos permiten intervenir directamente en los comités de Montreal y Toronto [1], este último por iniciativa nuestra y de otros camaradas, entre ellos miembros del Group of Revolutionary Workers. La actividad de los dos comités se centró tanto en la organización de reuniones públicas para reagruparse en torno a ellos como en la intervención mediante volantes en manifestaciones callejeras o huelgas, principalmente en los piquetes, por ejemplo en las escuelas de Ontario. Estas son las primeras experiencias, a las que hay que añadir las creadas en Gran Bretaña e Italia en particular.

En cuanto se lanzó el Llamamiento de la -TCI, sus miembros en Francia y nosotros constituimos un comité cuyas primeras intervenciones tuvieron lugar, mediante volantes, durante las manifestaciones del pasado mes de junio en París y algunas ciudades de provincia. Esta primera reunión pública, el 2 de diciembre, tenía como objetivo reagrupar las energías y las voluntades proletarias frente a la dinámica capitalista que conduce a la guerra imperialista generalizada. Asistieron unos treinta participantes, algunos de ellos procedentes de círculos y organizaciones políticas. Además de una importante delegación de la CCI, había un miembro del grupo Matière et révolution, un militante de la CNT-AIT que quería defender posiciones internacionalistas, un miembro de Robin Goodfellow, un grupo de jóvenes que llamaremos autónomos y que no se presentaron, un grupo que publica el periódico ASAP révolution [2] ; junto a ellos, más de una decena de camaradas estaban presentes a título individual. Entre ellos, algunos se presentaron como “simpatizantes de la Izquierda Comunista” y otros como sindicalistas de la CGT o sindicalistas revolucionarios. [3] Precisemos de entrada que toda la reunión se desarrolló en un ambiente fraternal, respetando la mayoría de las intervenciones - incluidas las de la CCI – el turno de palabra y el orden del día. [4]

Junto con los camaradas de la TCI, habíamos decidido organizar el debate en dos partes: la primera sobre la situación histórica y la dinámica hacia la guerra imperialista generalizada; la segunda sobre qué hacer y la propuesta de los comités en relación con la comprensión general de la nueva situación internacional abierta con el estallido de la guerra en Ucrania. A pesar de esta organización, a algunos oradores les resultó difícil no intervenir inmediatamente sobre los comités. Esta parte de la discusión se centró esencialmente – dejamos de lado aquí las otras cuestiones planteadas – entre la presentación hecha por una camarada de la TCI, sobre la base del análisis que compartimos con ella sobre la guerra en Ucrania como un primer paso hacia la guerra imperialista generalizada, por un lado; y por otro lado la primera intervención de la CCI según la cual “no hay ninguna perspectiva de guerra imperialista generalizada”. Éste, tras saludar al comité como “sin duda alguna, una clara expresión del internacionalismo proletario”, defendió que “el proletariado no está dispuesto a ir a la guerra”. Sólo puede movilizarse en relación con la crisis económica, no en relación con la guerra. No mencionó, ni defendió, la Declaración de la CCI sobre la guerra en Ucrania que, por nuestra parte, consideramos una afirmación abstracta del internacionalismo proletario. Es precisamente sobre esta cuestión del peligro de guerra imperialista generalizada que se funda la necesidad de los comités “ninguna guerra salvo la guerra de clases” y sobre el reconocimiento de que el principio del internacionalismo proletario deberá declinarse según las situaciones, según los países y continentes, y según los momentos; es decir según las condiciones, los tiempos y los fundamentos que cada burguesía tratará de imponer a “su” proletariado. Las condiciones y los motivos de la confrontación de clases no son los mismos en Rusia y en Ucrania. Por el momento, son aún más diferentes entre Europa Occidental [5] y los demás continentes. Por eso, si la defensa general del internacionalismo proletario es ciertamente un mínimo, no es suficiente en la situación actual. Por eso, entre otras cosas, la creación de comités puede permitir a las minorías de revolucionarios y proletarios combativos reagruparse, actuar y responder a cada situación particular.

La segunda parte del debate se centró principalmente en dos cuestiones: el papel y la naturaleza de los comités propuestos y lo que podrían hacer en la situación actual. Fue presentado por un camarada de la TCI y un miembro del GIIC hizo una presentación de las actividades e intervenciones de los comités de Toronto y Montreal. Varios oradores se preguntaron qué podían ser estos comités: “¿son nuevos órganos políticos?” Otros, como el miembro de Matière et révolution, también expresaron malentendidos. Este último criticó el llamamiento de la TCI por no hacer referencia a los soviets y a la dictadura del proletariado.

Pero de nuevo, la principal confrontación política se organizó en torno a la segunda intervención de la CCI, en la medida en que expresaba más claramente las confusiones sobre lo que eran estos comités, que por nuestra parte consideramos siendo comités de lucha. Empezó diciendo... lo contrario que la primera: la primera había acogido la iniciativa como “sin duda alguna internacionalista”, ésta la denunció como “activista e izquierdista”. Centrando su denuncia sobre la TCI, que “nunca ha hecho una evaluación de los comités NWBCW de los años 90 y 2000, un balance que no puede ser sino negativo porque ningún comité fue capaz de organizar una sola manifestación contra la guerra”, afirmó que “formar comités contra la guerra no significa nada hoy en día, que es un farol, porque no hay movimiento de masas contra la guerra.” Cabe mencionar que fue una parte de la sala la que le contestó: “nunca hay que haber participado en una huelga obrera para seleccionar quién puede participar en ella, prepararla o no. ¿Excluyes a algún sindicalista o izquierdista de ir a la huelga contigo por ser sindicalista o izquierdista?” Por nuestra parte, tuvimos que recordar a la delegación de la CCI la posición histórica de la CCI sobre los comités de lucha, basada a su vez, entre otras cosas, en los comités de lucha de finales de los años 60 y principios de los 70: es precisamente porque la clase obrera duda en entrar en lucha abierta por lo que las minorías de proletarios combativos y revolucionarios se agrupan para actuar de la mejor manera posible y arrastrar al resto de los proletarios, ya sea en una fábrica, una región o un país, frente a tal o cual situación y tal o cual reivindicación o ataque preciso de la burguesía.

Más decisiva para los comités fue la intervención del militante anarquista. Después de haber centrado una primera intervención en el apoyo material a los desertores rusos o en una campaña de solidaridad con los internacionalistas de Karkhiv [6], se declaró de acuerdo en realizar propaganda y agitación en las manifestaciones y en todas las expresiones de la lucha obrera mediante volantes u otros medios. Muchos participantes parecieron reconocerse en esta propuesta para las comités. Sobre esta base general, y en el contexto de la marcha hacia la guerra generalizada del capital, una parte del público se comprometió a participar en los comités. Se decidió entonces celebrar una reunión para ampliar el comité como tal y debatir las posibilidades concretas de intervención.

RL, 7 de diciembre 2022

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Notas:

[3. No cabe duda de que nos olvidamos de algunos. Mencionamos principalmente a aquellos cuyas intervenciones fueron parte directa y activa del debate y la confrontación política que tuvieron lugar.

[4. Sólo los miembros del grupo autónomo no pudieron resistir algunas interrupciones “intempestivas”. La presidencia les ofreció la palabra para una intervención, que aceptaron. Al cabo de una hora, más o menos, abandonaron la reunión.

[5. El desarrollo de la economía de guerra decidido por Macron, el rearme masivo de Alemania – 200.000 millones de euros – definirán inevitablemente las condiciones y el tempo de los ataques burgueses en Francia y Alemania por ejemplo.